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También Abel(A), por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grasa de los mismos. El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda(B), pero no miró con agrado(C) a Caín y su ofrenda. Caín se enojó mucho(D) y su semblante se demudó. Entonces el Señor dijo a Caín: «¿Por qué estás enojado(E), y por qué se ha demudado tu semblante?

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